martes, 20 de mayo de 2008

122 años despues

hace unos minutos las palabras me obligaron. si, palabras simples y anonimas me obligaron a copiar y pegar.
sumido en un extasis poetico-idiota de ganar un concurso, escribo esto desde la biblioteca argentina de rosario, analizado profundamente cursi.
este texto es la cronica del acto anarquista antes anunciado. gracias.


escrito por: fidel maguna.

Ciento veintidós años después, cayó jueves. El acto del jueves cayó a la mañana. Las once de la mañana del primero de mayo del año 2008. en la desolada calle solo se siente el mudo estallido del bastón de un ciego. Las palomas no descansan. No descansan al igual que el negocio de al lado y la panadería de la vuelta (tampoco cerraron el 24 de marzo, pero si el día que estalló el cacerolazo burgués, quemaron pollos en la vereda, mientras los chicos se acercaban y le pedian una patita aunque esté quemada). “que paradójico –pensé- la panaderia, uno de los principales oficios adoptados por los anarquistas, está cerrada, justo hoy que hasta los bancos cierran” pero ahora me doy cuenta que no hay nada raro en eso, por que de mis 14 años solo supe por que la gente no trabaja el primero de mayo, los cuatro últimos años. Los otros diez fueron tolerados con la excusa de “los martires de chicago” (que las dos palabras principales de esa frase no las conozco, martires y chicago). Pero por suerte, o por desgracia, la curiosidad le gana a los años, y conocí WINKIPEDIA, y conocí demasiado vagamente la palabra ANARQUISMO.

Pero hoy, jueves, ciento ventidos años después, camino por la calle san juan. En la plaza sarmiento una bandera en el suelo con la estampa ansafe marca la presencia de unas veinte personas. En la plaza de al lado (por que la plaza sarmiento está conformada por dos plazas separadas por una calle) un colectivo estacionado, con las puertas abiertas marca la presencia de otras veinte personas, con gorras muy monas con la leyenda “sindicato de aceitero”, gorras que se amontonan sobre la bandera de la CTA.

Pero ese, no es mi destino.el olor a humano ya no se siente, el locro entra por las narices de la gente y ese olor se transforma, luego, en un exceso de saliba. Una bolsa de pan viejo cuelga de un árbol viejo, el árbol está en uno de esos macetones de la plaza montenegro. Once en punto, para evitar decir “puntualidad inglesa” uso el termino, “puntualidad escorpiana”. Un grupo de gente (algunos conocidos de la calle) en la esquina techada de calle san juan y sarmiento se miran, y con pocas palabras establecen un dialogo. Un ligero “hola” de escapó de mi boca. “hola” dijieron. Al rato llegaron otros, y otros, pero la crónica de la preparación de un acto si bien puede ser reducida puede ser aburrida.

Una hora después unas sesenta personas, sentadas en un semicírculo agudizan sus oidos. Delante de dos banderas negras, un barbudo tiene el micrófono en sus manos, el poder en su voz. Las caras de las gentes afirmaban constantemente sus palabras. Palabras como evo morales y sus contradicciones, chevez y su mentiras, estados unidos y su represión, cosas así ustedes ya se imaginan, yo mismo afirme con convicción esas palabras, pero que piense lo mismo no quiere decir que no piense que para que allá critica también debe existir una muy importante la auto critica. Uno de los que estaba a las once en la plaza, cuyo nombre no conozco leyó no sin entusiasmo un texto internacionalista, anti capitalista y revolucionario. A las doce y media ya todo llegó a su fin. Me pregunto, “¿hasta el año que viene?”. Espero que no por que de verdad les creo. Les creo por que en esa media hora al haber pocas ppalabras hubo una cantidad justa. Pero también se que la pregunta que me hice, “¿hasta el año que viene?” no fue pura casualidad, se que fue por que no noté una necesaria auto critica. Pero se que el año que viene aunque pase lo que pase este año (me refiero a acciones concretas) voy a estar, por el simple motivo de que no me están mintiendo. me despedí y volvi mis pasos, reformulándome la pregunta que me hice cuando terminó. Reformulado la frase “el mudo estallido del bastón de un ciego”. Pensando en que si me hubiesen mentido en la plaza sarmiento, capas que no, capas que si, pero estoy bien, por mas que no halla una unidad. Pero como les exijo auto critica tanto a un anarquista como a un socialisa, o lo que sea, me la exijo a mi. Por que después de asentir con la cabeza a carlos solero, o después de sentir repugnancia por la polleria que está abierta, me voy a comer locro a casa. Con mi unica inquietud de lamañana: “¿será hasta el año que viene?”

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